Una obra maestra que rompió el corazón de su creador. La última entrega de una saga que nunca tendrá conclusión. Esta es la novela de Kojima, Konami y Metal Gear Solid.
En Juegos Condenados contamos la historia de proyectos desastrosos que cambiaron la historia del gaming. Los que fundieron estudios, los que arruinaron series, los que vivirán para siempre en la infamia. Algunos son fracasos, otros son joyas ocultas, pero todos… están condenados.
Metal Gear Solid V: The Phantom Pain es uno de los mejores juegos de esta generación.
Tiene 93 puntos sobre 100 de promedio en el sitio Metacritic, lo que lo pone en el top de la última década de Xbox One, PlayStation 4, y PC. Se llevó el premio de mejor juego de 2015 en medios tan distintos como PC Gamer, Hobby Consolas y los Japan Game Awards.
Vendió seis millones de unidades en tres meses. Y todavía sigue vendiendo.
Pero los que llegaron al final de esta obra maestra saben que el final es abrupto, confuso, y deja cabos sueltos en lo que debería ser el cierre definitivo de la saga.
Hideo Kojima dedicó 28 años a la saga Metal Gear, y aunque la terminó con su juego más exitoso, el estudio en el que dejó los mejores años de su vida lo sacó por la puerta chica.
Esta es la historia de Metal Gear Solid V. De lo que fue, y de lo que podría haber sido.
LA EMPRESA: Konami
Konami es una de las empresas originales de la industria del gaming japonés. Lanzó su primer fichín en 1978 y desde entonces no paró de sacar clásicos, uno detrás de otro. Es más, hay una Konami distinta para cada generación.
Desde 1987, Metal Gear es la joya en la corona de Konami
Si pasás los 40, viste por primera vez el logo de Konami en un Sacoa. Quizás en su primer gran éxito de los arcade, Frogger, o las naves de Gyruss, o las carreras desesperadas, destructoras de joysticks de Hyper Sports.
Si estás ahí nomás de las cuatro décadas, también jugaste Konami en los fichines, pero tus recuerdos tienen que ver con aventuras de acción perfectas para jugar con amigos: Super Contra, Sunset Riders, o los fantásticos arcades de los Simpson y las Tortugas Ninja.
Los que rondan los 30 son los que vivieron la verdadera edad de oro de las consolas hogareñas. Los años de la primera PlayStation en la que Konami dominaba el mercado con Winning Eleven y tres sagas imbatibles: Castlevania, Silent Hill, Metal Gear Solid.
Y si creciste con Play 2, Play 3 o Play 4, lo más probable es que la saga de acción y sigilo creada por Hideo Kojima sea la única de esas marcas que se queda en tu memoria. Castlevania y Silent Hill se perdieron en secuelas cada vez menos interesantes. Pro Evolution Soccer perdió la batalla con FIFA. Contra viento y marea, Metal Gear Solid seguía siendo la joya de la corona de Konami.
Pero a Konami, su corona ya no le interesaba mucho.
El mundo del gaming siempre había representado un ingreso paralelo al verdadero negocio de Konami: los juegos de casino. La empresa es una de las productoras de máquinas tragamonedas y juegos tipo “pachinko” más grandes del mundo, y el dinero que generan ese tipo de entretenimientos nunca para de crecer.
A principios de la década de 2010, Konami invirtió todo su conocimiento de ese tipo de máquinas adictivas a su división de juegos de celular. Así nacieron éxitos como Dragon Collection, que seguramente ni conozcas, pero que con una inversión mínima generó millones en Japón. Hasta tuvo su propio animé.
El gaming, en cambio, era caprichoso, complicado y carísimo. Y no había juego más caro que el Metal Gear que Konami estaba produciendo en los mismos años en los que Dragon Collection llenaba los cofres.
EL JUEGO: Metal Gear Solid V: The Phantom Pain
Desde el lanzamiento de Metal Gear Solid 2 en 2001, Hideo Kojima quería soltar las riendas de la saga.
Metal Gear Solid 3: Snake Eater (2004) es una precuela, y Kojima quería armar la historia y dejar que la terminen empleados más jóvenes del estudio. Eso no pasó, pero al año siguiente confirmó que Metal Gear Solid 4 sería dirigido por un tal “Alan Smith”, un alias que representaría al grupo creativo de Kojima Productions.
Kojima divide las aguas entre los que lo admiran y los que creen que es puro humo.
Eso tampoco ocurrió. Kojima no sólo fue el director de Metal Gear Solid 4 (2008), sino que al mismo tiempo trabajó en un segundo juego portátil que exploraría una estructura episódica y multijugador cooperativo: Metal Gear Solid: Peace Walker (2010).
Hideo se había ganado unas vacaciones, y Kojima Productions empezó a trabajar en un spin-off llamado Metal Gear Rising, que pronto se les fue de las manos y una vez más papá Hideo tuvo que salvar, con la colaboración de los veteranos de Platinum Studios.
En agosto de 2012, en el evento de celebración de los 25 años de la saga (que había nacido en 1987 en la plataforma MSX), Kojima anunció algo llamado Metal Gear Solid: Ground Zeroes. Este juego corto sería una especie de demo de su flamante motor gráfico Fox Engine, y parecía otro extra, como lo habían sido Rising y Peace Walker.
En la entrega de los Video Game Awards de ese mismo año, se estrenó un misterioso tráiler llamado “The Phantom Pain”, creado por un estudio llamado Moby Dick, dirigido por el sueco Joakim Mogren. El tráiler, lleno de pistas relacionadas con la saga Metal Gear, es una de esas jugadas que hacen que Kojima divida las aguas entre los que lo admiran y los que creen que es puro humo.
En la GDC del año siguiente, Kojima reveló que efectivamente The Phantom Pain era el nombre de Metal Gear Solid V, y que Ground Zeroes era simplemente un prólogo. Este último salió en los primeros meses de 2013 y (a pesar de su alto precio para las pocas horas que duraba) impresionó con sus mecánicas avanzadas de sigilo que incorporan lo mejor de Peace Walker con la espectacularidad de MGS4.
La expectativa por Metal Gear Solid V no podía estar más alta, pero en Konami, las cosas estaban cambiando.
[su_spoiler title=”El rumor del regreso de Metal Gear con PS5 y Kojima Productions” style=”fancy” icon=”arrow”]Las remakes de juegos de la era PlayStation son el gran fenómeno del gaming de los últimos años: Crash Bandicoot, Spyro the Dragon, Resident Evil 2 y 3 y Final Fantasy VII se venden como tortas fritas, y aún así, Konami se niega a hacer una remake hecha y derecha de Metal Gear Solid. El rumor que corre hace años es que Sony estaría interesada en comprar la licencia de Metal Gear para hacer una nueva versión del primer juego de la serie, desarrollada por el estudio Bluepoint (los mismos que hicieron la remake de PS4 de Shadow of the Colossus.) Tomémoslo con pinzas, pero el chisme no termina ahí. La empresa de PlayStation también compraría los derechos de Castlevania y los de Silent Hill, para que Kojima por fin pueda hacer su juego de terror soñado junto a Norman Reedus y Guillermo del Toro.[/su_spoiler]
LA CONDENA: Kojima vs. Konami
Metal Gear Solid V iba a salir en febrero de 2015, pero en diciembre del año anterior Konami tuvo que retrasarlo más de seis meses a pedido de Kojima. Una decisión que no gustó nada a la empresa que venía invirtiendo millones en el juego.
Quizás por eso, en marzo de 2015, empezaron a correr rumores preocupantes sobre la posible renuncia de Hideo Kojima.
En esos días Konami presentó a su nuevo CEO Hideki Hayakawa, un veterano de la empresa que había subido en la estima de los fundadores gracias a su éxito en la división de ventas digitales. Y su primera entrevista luego del anuncio fue demoledora.
“El gaming toma lugar en muchas plataformas, pero al final del día, la que está más cercana a Konami es mobile (celulares). Y en mobile está el futuro del gaming.”
Desde Kojima Productions había silencio radial, pero en junio el diario japonés Nikkei publicó un informe lapidario que aseguraba que las condiciones de trabajo en Konami eran lamentables.
Según este informe, los empleados de Konami eran monitoreados con cámaras de seguridad, sus breaks de almuerzo medidos con tarjetas de tiempo, y sus redes sociales vigiladas para confirmar que no interactúen con ex empleados. Una pesadilla tipo 1984 que, por supuesto, el estudio negó.
Otros rumores del momento hablaban de un estudio fuera de control, de un juego que parecía no terminarse nunca y de una inversión que había alcanzado los 80 millones de dólares. Una cifra superior a la de cualquier otro juego japonés de ese momento.
Más allá de reportes y rumores, la realidad es que la relación entre Kojima y Konami estaba fracturada. Durante 2015 Konami había cambiado el nombre de Kojima Productions por el de “estudio de producción número 8” y cancelado silenciosamente Silent Hills, el juego de terror que Kojima pensaba dirigir junto a Guillermo del Toro.
A fines de marzo esta grieta se hizo pública cuando Konami alteró el arte oficial de Metal Gear Solid V para eliminar la frase “Un Juego de Hideo Kojima” de la portada y cualquier referencia a Kojima Productions.
Y a pesar de todo, el 1 de septiembre Metal Gear Solid V salió a la venta, con las mejores críticas de la historia de la saga.
El juego que había costado 80 millones de dólares generó, en sólo sus primeras 24 horas, más del doble de eso: 179 millones.
Pero luego del entusiasmo del lanzamiento, los fanáticos empezaron a rebelarse. Algo muy raro había pasado con Metal Gear Solid V.
Era un juego de 50 horas que no tenía final.
EL FRACASO: el videojuego sin final
Las primeras 30 horas de Metal Gear Solid V son incuestionables. Las mecánicas de combate y sigilo son brillantes, precisas, las mejores de la serie. La historia, ambientada pocos años después de Peace Walker, es tan laberíntica y extraña como la de cualquier juego de la saga, y más allá de la primera hora, evita las secuencias cinemáticas de hasta 70 minutos que tanto se habían criticado de MGS4.
Los personajes de The Phantom Pain son memorables, en especial para los que juegan Metal Gear desde el principio y reconocen cada guiño de Kojima a juegos posteriores. El mundo abierto puede ser un poco repetitivo, pero la mecánica de expansión de la base principal siempre ofrece nuevas armas y objetivos.
Es un gran juego, que tiene un gran final: una espectacular confrontación con Skull Face, el archienemigo que vimos durante años en los tráilers del juego.
Pero al final de eso que parece el final, aparece un cartel que dice “Final del Acto 1”
Y después Metal Gear Solid V sigue durante 20 horas más.
Si el Acto 1 es un Metal Gear perfecto, el Acto 2 es un caos fascinante.
En estas últimas 15 misiones, todo lo que habíamos construído en el Acto 1 se derrumba. Hay traiciones, fracasos, y una rebelión. La historia se vuelve más compleja, pero aún más confusa, hasta llegar a un final que revela que todo lo que creíamos era una mentira. Un cierre abrupto que no se explica del todo y que deja mil cabos sueltos.
Quizás Kojima decidió dejar ese final abrupto, intencionalmente poco satisfactorio. Pero es imposible saberlo a ciencia cierta.
La falta de un final es más que una sensación. La edición de coleccionistas del juego incluye un video de 20 minutos que muestra cinemáticas y storyboards de una misión que tomaría lugar después del final del Acto 2, resolviendo una de las historias principales con una espectacular batalla.
Esta misión extra es más que un epílogo o un posible DLC. Es nada más y nada menos que el cierre emocional de varios arcos narrativos y la resolución de la historia del personaje principal. Lo que justamente los fans sintieron que faltaba.
Ya entrando en la teoría de conspiración, hay fans que creen que un Acto 3 completo fue cortado del juego, y sus cinemáticas se convirtieron en cassettes coleccionables que cambian todo el sentido de la historia.
O quizás nada de esto sea verdad. Quizás los cortes no fueron un compromiso sino una decisión creativa. Quizás Kojima decidió dejar ese final abrupto, intencionalmente poco satisfactorio. Pero es imposible saberlo a ciencia cierta.
Konami dice que ese es el final. Kojima no volvió a hablar de Metal Gear Solid. Lo más probable es que nunca sepamos la verdad.
Y esa es la razón por la que Metal Gear Solid V siempre será un juego condenado.
EL RESCATE: Hideo Kojima Survive
El 9 de octubre de 2015, poco más de un mes después del lanzamiento de Metal Gear Solid V, Hideo Kojima renunció a Konami. Ese mismo día se improvisó una fiesta de despedida en las oficinas del “estudio 8”. Uno de los empleados la llamó “un adiós feliz, pero también emocional.”
Kojima nunca habló directamente de lo que había pasado. No es común que un japonés hable mal de su salida de una empresa, por violenta que haya sido, y los contratos de confidencialidad hacen imposible que pueda referirse, por ejemplo, al trunco final del juego.
Kojima nunca se reconcilió con Konami
A fines de ese agitado 2015, Sony confirmó que Kojima empezaría a desarrollar un juego para PlayStation 4: lo que cuatro años después conoceríamos como Death Stranding. De inmediato, el director empezó a armar su equipo contratando a los mejores desarrolladores de Konami. Algo que la empresa no podía detener legalmente pero que en Japón se considera una falta de tacto.
Las hostilidades no terminaron ahí. En 2016 Konami anunció Metal Gear Survive, una especie de juego-zombi que reciclaba las mecánicas y el mundo de The Phantom Pain y las convertía en un juego de supervivencia al estilo de Ark o Rust. Para los fans era un insulto a la franquicia.
En un evento de Sony, la prensa preguntó a Kojima si Metal Gear Survive era una idea suya, y él solo sonrío y dijo “eso no tiene nada que ver conmigo”, a lo que el público reaccionó con carcajadas. Konami tomó estas palabras como una declaración de guerra, al punto de enviar una carta a Kojima acusándolo de desacreditar la empresa. Hideo, por supuesto, nunca respondió públicamente.
Años después, en una entrevista en la que promocionaba este juego, Kojima se refirió de forma indirecta a su dolorosa salida de Konami y la forma en la que influenció la creación de Death Stranding.
“Había pasado 30 años creando juegos, y tenía la confianza para seguir haciéndolo, pero no sabía por dónde empezar. Pensé que lo había perdido todo, pero descubrí que tenía muchas conexiones. Sony. Mis amigos Norman Reedus y Geoff Keighley. Fue difícil, pero pronto entendí que no había perdido nada.”
Esta es la parte en la que te contamos que el CEO de Konami estaba equivocado, y que los jueguitos de celular terminaron siendo un fracaso. Pero la triste realidad es que las finanzas de Konami están mejor que nunca. Metal Gear Survive fue un fracaso, pero hoy las acciones de la empresa valen más del doble de lo que valían el día en que se fue Kojima.
Quizás por eso hayan cesado las hostilidades de las dos partes. Kojima se llevó a los empleados que necesitaba, hizo (para bien o para mal) un nuevo juego con su Death Stranding y dejó Metal Gear atrás. Konami se quitó las ganas con Survive y por ahora no tiene nada confirmado para la próxima generación de consolas.
¿Alguna vez, entonces, veremos el Metal Gear que Kojima soñó? Difícil. Y si pasa, no va a ser de la mano del estudio ni de la de su creador.
Y si Kojima soltó Metal Gear Solid, quizás sea el momento de que nosotros también lo hagamos.