Un nuevo estudio mostró cómo se pueden utilizar modelos de Inteligencia Artificial para revelar información sobre los perros y lo que les pasa en función de sus ladridos. ¿Qué resultados tuvo esta investigación y cómo se hizo? Te contamos ¡acá!
A pesar de que muchos queremos ser como el doctor Dolittle, las chances de hablar con los animales son escasas y solo parecen posibles en la ficción. Sin embargo, los avances de la Inteligencia Artificial podrían acercarnos un poquito a eso y ayudarnos a entender (de alguna forma u otra) a nuestras mascotas. Es más, recientemente, un grupo de investigadores hizo un estudio para decodificar el ladrido de los perros.
Este estudio, realizado conjuntamente por científicos de la Universidad de Michigan, el Instituto Nacional de Astrofísica de Estados Unidos, y el Instituto de Óptica y Electrónica de México, utilizó modelos de IA originalmente entrenados en el habla humana que pueden usarse como punto de partida para entrenar nuevos sistemas dirigidos a la comunicación animal.
Además de poder identificar diferentes tipos de ladridos e interpretar si están contentos, tristes o tienen miedo, por ejemplo, estos modelos también pueden obtener otra información de las vocalizaciones de los animales, como la edad, la raza y el sexo.
“Hay muchas cosas que aún no sabemos sobre los animales que comparten este mundo con nosotros“, dijo Rada Mihalcea, directora del Laboratorio de IA de la Universidad de Michigan en un comunicado de prensa. “Los avances en IA se pueden utilizar para revolucionar nuestra comprensión de la comunicación animal, y nuestros hallazgos sugieren que tal vez no tengamos que empezar de cero”.
Para este estudio, el equipo de investigadores eligió un modelo de representación del habla llamado Wav2Vec2, que originalmente se entrenó con casi 1.000 horas de grabaciones de voz humana. Después, este modelo de Inteligencia Artificial se entrenó con un conjunto de datos de vocalizaciones caninas registradas de 74 perros de diferentes razas (42 chihuahuas, 21 caniches franceses y 11 schnauzer), edades y sexos, en diversos contextos. Una vez hecho esto, la IA relacionó mensajes y vocalizaciones para que la máquina pudiera “traducir” grabaciones aleatorias de ladridos de perros.
“Esta es la primera vez que se utilizan técnicas optimizadas para el habla humana para ayudar a decodificar la comunicación animal“, dijo Mihalcea. “Nuestros resultados muestran que los sonidos y patrones derivados del habla humana pueden servir como base para analizar y comprender los patrones acústicos de otros sonidos, como las vocalizaciones de animales”.
Este modelo de IA entrenado en humanos y perros fue capaz de identificar la emoción de un perro con un 62% de precisión, la raza con un 62% de precisión, el género con un 69% de precisión e identificar un perro en particular de un grupo con un 50% de precisión. Todos estos puntajes superaron al modelo de Inteligencia Artificial entrenado específicamente con datos de ladridos de perros. Esto sugiere que los sonidos y patrones derivados del habla humana pueden servir potencialmente como base para comprender a los animales.
Ahora bien, ¿qué descubrieron al relacionar los ladridos con las emociones? Los investigadores plantearon que la vocalización de un perro está relacionada con su contexto. En el estudio, los científicos intentaron asignar emociones a ladridos normales, agresivos y negativos, además de gruñidos. Si bien es probable que los animales experimenten muchas más emociones, estos sonidos estaban en gran medida disponibles en el conjunto de datos de la investigación.
En el futuro, los investigadores tienen en mente probar más razas, emociones y especies para comprender el alcance de esta tecnología. Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que este estudio no es definitivo y que todavía queda que científicos ajenos comprueben la investigación.
A pesar de eso, los investigadores ven este estudio como un paso prometedor en esa dirección y creen que no solo establece modelos de habla humana como una herramienta útil para analizar la comunicación animal, sino que también tiene implicaciones importantes para el bienestar animal. “Comprender los matices de las vocalizaciones de los perros podría mejorar en gran medida la forma en que los humanos interpretan y responden a las necesidades emocionales y físicas de los perros, mejorando así su cuidado y previniendo situaciones potencialmente peligrosas”, dijeron los científicos.