Intel tiene un nuevo y curioso proyecto en el campo de la computación neuromórfica. Loihi, un nuevo procesador capaz de detectar olores. ¿De qué se trata este proyecto? Te lo contamos, ¡acá!
La tecnología neuromórfica es la rama de la computación que utiliza redes neurales para reproducir algunas de las tareas que desarrolla un cerebro, y emula las neuronas. Intel, de la mano del científico Nabil Imam, anunciaron que su más reciente proyecto es Loihi, un sistema que ya es capaz de identificar 10 olores diferentes. Lo curioso de la cuestión es que este sistema no tiene una “nariz” propiamente dicha, y funciona en base a cálculos computacionales bastante interesantes.
Nabil Imam está a la cabeza de este proyecto de Intel Labs junto a un grupo de neurofisiólogos en la universidad de Cornell. “Mis amigos de Cornell estudian el sistema olfativo biológico en animales y miden la actividad eléctrica de sus cerebros a medida que huelen los olores“, explicó. “Sobre la base de estos diagramas de circuito y pulsos eléctricos, derivamos un conjunto de algoritmos y los configuramos en silicio neuromórfico; específicamente en nuestro procesador de prueba Loihi”. Este justamenter es el nombre del procesador de Intel para trabajar en los principios de computación que existen en los cerebros biológicos.
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Loihi actualmente conoce la representación neuronal de 10 olores diferentes. En los humanos, las moléculas estimulan las células olfativas que envían señales al cerebro, en donde las neuronas generan la sensación de olor. Este aspecto, el neuronal, es al que el sistema se avoca. El equipo de Intel tomó la actividad de 72 sensores químicos en respuesta a 10 olores en un túnel de viento, en donde esta tecnología aprendió a diferenciarlos. Esto es más que un detector de humo, por ejemplo, que puede detectar partículas en el aire pero no clasificarlas de forma inteligente.
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El uso futuro de esta tecnología es utilizarla monitoreo ambiental y detección de materiales peligrosos, o control de calidad en las fábricas. Usos más ambiciosos llegarían hasta usos médicos para ciertas enfermedades y líneas de seguridad de los aeropuertos. El desafío más grande en este sentido es la diferenciación en la detección olfativa, y que no se mezclen patrones que neuronalmente pueden ser similares. “Son desafíos para el reconocimiento de señales olfativas en los que estamos trabajando y tenemos esperanza de resolver en los próximos años; antes de que se convierta en un producto que pueda resolver problemas del mundo real más allá de los experimentales que demostramos en el laboratorio”, manifestó Imam. [embedyt] https://www.youtube.com/watch?v=uvwlm1ksMQY[/embedyt]