Quedan tres capítulos para que la primera temporada de House of the Dragon llegue a su fin y las cosas no podrían estar por ponerse peor. El episodio 7 no solo nos mostró un funeral que reunió a prácticamente toda la familia, sino también un casamiento que más de uno venía esperando. Lee más ¡acá!
Pasó otro domingo y, por ende, otro episodio de House of the Dragon. Esta vez, las cosas sí se pusieron picantes y la batalla entre Targaryens y Hightowers parece que recién empieza. El capítulo 7 nos dio desde funerales y dragones, hasta muertes, casamientos y enfrentamientos. De más está decir que si todavía no lo viste, cuidado con los spoilers que siguen.
El episodio comienza con toda la familia reunida en Driftmark por la trágica muerte de Laena Velaryon (que vimos en el capítulo anterior). En el funeral vemos al Rey Viserys con Alicent Higtower y sus hijos, a la Princesa Rhaenyra con Laenor Velaryon y sus hijos, a Daemon con sus hijas y el resto de la familia Velaryon, entre otros personajes (como Otto Hightower que volvió a ser Mano del Rey). Pero si bien la idea era apoyar a los Velaryon en su pérdida, se ve que los protagonistas de la serie no pueden guardarse sus problemas.
Antes de que se pudra todo, el episodio nos deja en claro que la salud de Viserys va de mal en peor, no solo por cómo se ve, sino también por cómo está afectando a su mente. Un ejemplo lo vemos cuando él se va del funeral para irse a la cama y llama a la Reina Alicent por el nombre de su difunta esposa, Aemma. Por otro lado, también notamos que el Rey quiere dejar todo en tranquilidad y que su familia haga las paces. Incluso es él quien intenta hablar con Daemon para ofrecerle un asiento en la corte, cosa que el príncipe rechaza.
Ante la muerte de su hija, Lord Corlys y Rhaenys discuten la posibilidad de dejar el asiento de la Casa Velaryon a la hija mayor de Laena, Baela. De esta manera pasarían por alto a los hijos de Rhaenyra y Laenor, ya que es bastante obvio (como Rhaenys señala en el episodio) que ellos no son de sangre Velaryon. Corlys no está muy de acuerdo con lo que dice su esposa e insiste con la sucesión de sus supuestos nietos, ya que la historia no recuerda la sangre, sino los nombres.
Como les decíamos más arriba, este funeral juntó a varios miembros de la familia, pero el capítulo se centra bastante en los hijos de Rhaenyra y Alicent y nos muestra cómo la pelea entre ellas se transmite a sus hijos. Por un lado tenemos a los varones de Rhaenyra: Jacaerys y Lucerys (el bebé recién nacido parece que se quedó en King’s Landing), mientras que por el otro están los de Alicent: los príncipes Aegon y Aemond y la princesa Helaena (que no se mete en muchos líos, pero que ya está comprometida con su hermano Aegon) A ellos se suman Rhaena y Baela, las hijas de Daemon y Laena.
Todo empieza con el príncipe Aemond, quien aprovechó para encontrar a Vhagar (el dragón huérfano de Laena) en las playas de Driftmark y domarlo. Recordemos que a Aemond lo cargaban constantemente su hermano y sobrinos por no tener un dragón propio. Después de subirse al lomo de Vhagar y viajar por la isla, el príncipe llega al castillo y se encuentra con una Rhaena enojada, ya que ella tampoco tenía un dragón propio y creía que Vhagar sería suyo tras la muerte de su madre.
Sin embargo, Rhaena no está sola, sino que la acompañan Laena, Lucerys y Jacaerys. Los niños intercambian insultos, pero las cosas se ponen picantes cuando Aemond sugiere que Rhaena debería montar un cerdo con alas como el que le habían dado en el episodio anterior y que Lucerys y Jacaerys eran bastardos. A partir de ahí, los cinco empiezan a pelear. Patadas, puños y piedras hasta que Jacaerys saca un cuchillo que, momentos después, su hermano Lucerys tomará para apuñalar a Aemond justo en el ojo, dejándolo parcialmente ciego y con una cicatriz bastante grande.
Cuando esta pelea llega a los oídos de los padres y abuelos, la tensión sube todavía más. El rey Viserys está enojado con sus hombres por dejar a los niños sin protección y permitir que suceda tal cosa. Alicent estalla de furia con Aegon, que estaba demasiado borracho para vigilar a su hermanito, pero más que nada con Rhaenyra, quien llega tarde después de pasar un buen momento con Daemon (más abajo desarrollamos esto).
Al exigir saber qué sucedió, Viserys se entera de que Aemond cuestionó la paternidad de sus nietos y Rhaenyra afirma que, por eso, cometió “la mayor de las traiciones“. Ante esto, el Rey le pregunta a Aemond quién le dijo eso y el príncipe (después de mirar sospechosamente a su madre) le tira el fardo a su hermano Aegon, quien dice que todos en la corte saben que Lucerys y Jacaerys son bastardos y que solo basta con mirarlos.
Esto lleva a Viserys a declarar que, a partir de ese momento, cualquiera que se atreva a cuestionar el linaje de sus nietos se le cortará la lengua. Después de eso, el Rey exige que los niños pongan fin a sus pequeñas disputas y se disculpen entre ellos, cosa que no le gusta para nada a Alicent. Ella no cree que eso sea suficiente después de cómo dejaron a su hijo y exige ojo por ojo. Cuando Viserys se niega, la reina consorte toma el asunto en sus propias manos y saca la daga de acero Valyrio del cinturón de su esposo y salta hacia Lucerys, lista para sacar uno de los ojos del niño como venganza.
Rhaenyra se coloca frente a su hijo para defenderlo y queda enfrentada a su antigua amiga. Alicent se niega a obedecer las órdenes del rey, de su padre Otto y de la princesa, pero lo único que la hace recapacitar es la frase que le dice Rhaenyra: “Ahora te ven cómo eres”. Esto hace que Alicent termine cortando a la princesa en el brazo y el resto de los que estaban en el salón queden en shock. Aemond calma la situación y dice que fue “un intercambio justo”, ya que perdió un ojo, pero ganó un dragón (el más grande de todos encima).
Otto Hightower, quien volvió a ser Mano del Rey luego de la muerte de Lyonel Strong, piensa igual que su nieto. Vhagar “vale mil veces el precio que pagó” le dice a Alicent después. También le deja en claro a su hija que está orgulloso de ella, ya que nunca la había visto así. “Ahora, por primera vez, veo que tienes la determinación de ganar”.
Ahora, ¿cómo volvió Otto Hightower a ser Mano del Rey después de que Viserys lo haya acusado de imparcial? A pesar de haber estado fuera de la corte durante una década, Otto no cambió ni un poquito, es más seguramente se volvió más manipulador en Oldtown mientras buscaba apoyo en secreto para coronar a Aegon sobre Rhaenyra.
Su regreso al puesto es probable que sea producto del deseo de Viserys de reducir las tensiones dentro de su familia. Seguramente, el Rey cree que Otto ya cumplió con su castigo después de estar varios años en Oldtown y que si lo reincorpora haría más feliz a Alicent. Pero todos sabemos que su regreso como Mano del Rey va a traer terribles consecuencias en House of the Dragon, al menos para Rhaenyra y los suyos.
Sin embargo, Rhaenyra y Daemon ven esto venir y deciden consumar lo que comenzaron hace tantos años. Juntos, su derecho al trono no sería tan fácil de desafiar. “No puedo enfrentarme a los verdes sola“, dice Rhaenyra refiriéndose a quienes apoyan el ascenso al trono de la Reina Alicent y el Príncipe Aegon. Pero lo único que impide que se casen es Laenor.
A pesar de estar ausente en la mayoría de las ocasiones, Rhaenyra siempre entendió a Laenor e incluso fue dulce con él, diciéndole que es un hombre “honorable y de buen corazón“. Por esto, la idea de eliminar a su esposo del mapa es algo que ella nunca haría. Sin embargo, Daemon dice que los gobernantes deben ser temidos y que si Laenor muere el reino susurrará que de alguna manera Rhaenyra es responsable. “Temerán de qué más seamos capaces“, le dice.
Daemon busca a Qarl, el amante de Laenor, y le paga para batirse en duelo con Laenor. Parece que acepta porque momentos después los vemos pelear en el castillo de Driftmark, frente a un escudero que corre para pedir ayuda. Más tarde, Corlys y Rhaenys encuentran un cuerpo quemado en la chimenea y creen que es Laenor.
Pero la sorpresa llega cuando nos enteramos que estaba todo armado. Ese cuerpo no es el de Laenor, sino el de otro pobre hombre. Mientras los Velaryon lo lloran, Qarl y Laenor se van en un bote y se alejan de todos los dramas de los Targaryen. Con eso solucionado, Rhaenyra y Daemon se casan y se preparan para proteger su sucesión y mantener limpia la dinastía de su familia.
Así termina el episodio 7 de House of the Dragon. Aún quedan tres capítulos para el final de la primera temporada, pero cuanto más nos adentrados en la historia de los Targaryen, más rápido se pasa. Acá les dejamos el adelanto del episodio que sigue y, para saber más, tendremos que esperar al domingo que viene para verlo en HBO o HBO Max.