Tras anunciar que Google violó las leyes antimonopolio, la Justicia de EE. UU. está considerando varias propuestas para solucionar el problema. Una de ellas podría ser la división de los negocios de Google para impedir que se mantenga como monopolio.
La semana pasada, el juez Amit Mehta, de la Corte de Distrito de EE. UU. para el Distrito de Columbia, dictaminó que Google violó la ley antimonopolio de Estados Unidos con su negocio de búsquedas. Esta decisión histórica, la primera sentencia de este tipo en los últimos 20 años (el último caso fue contra Microsoft a principios de los 2000), no solo podría poner fin a décadas de dominio, sino también atentar contra el poder de los gigantes tecnológicos y remodelar la forma en que millones de usuarios obtienen información en línea.
Para quienes no saben, este no es el primer juicio antimonopolio para Google. El año pasado, lo acusaban de abusar de su posición dominante para bloquear a sus rivales y que su Play Store de EE. UU. cobraba de más a los clientes. Ahora, el gigante tecnológico vuelve al ojo de la tormenta por perder ante la acusación del Departamento de Justicia de Estados Unidos y varios estados por proteger de manera ilegal su monopolio en las búsquedas y publicidad. ¿Cómo? Pagándole a otras empresas, como Apple y Samsung, para que Google sea el buscador predeterminado en dispositivos y navegadores.
Con un control de más del 90% del mercado, Google con estas prácticas limitaba y perjudicaba a la competencia (como Bing de Microsoft) y también a los consumidores, ya que les restringía las opciones disponibles. “Después de haber considerado y sopesado cuidadosamente el testimonio de los testigos y las pruebas, la corte llegamos a la siguiente conclusión: Google es un monopolista y ha actuado como tal para mantener su monopolio”, escribió el juez Mehta en el dictamen. “Violaron la Sección 2 de la Ley Sherman”.
Si bien la sentencia no incluyó sanciones para el comportamiento de Google, la compañía no planea quedarse con los brazos cruzados y apelará. “Esta decisión reconoce que Google ofrece el mejor motor de búsqueda, pero concluye que no se nos debería permitir que lo pongamos a disposición fácilmente. Considerando esto, y que las personas buscan información cada vez más y de nuevas maneras, planeamos apelar. Mientras este proceso continúa, seguiremos enfocados en crear productos que las personas encuentren útiles y fáciles de usar”, señaló Kent Walker, Presidente de Asuntos Globales de Google.
Sin embargo, a pesar de la apelación, el Departamento de Justicia comenzó a discutir propuestas para restaurar la competencia en el mercado y sancionar a Google. La más rumoreada, y la opción que sería más drástica, es la ruptura o división de los negocios de la compañía, como su navegador Chrome o el sistema operativo Android. Esto mismo se intentó a finales de los 90 con Microsoft, pero no tuvieron éxito.
Otras opciones rumoreadas son obligar a Google a compartir sus datos con sus rivales (aunque el gigante tecnológico argumentó que hacer esto podría poner en riesgo la privacidad de los usuarios) u ordenarle que abandone los acuerdos que hicieron que su motor de búsqueda fuera la opción predeterminada en otros dispositivos y navegadores.
De más está decir que este fallo cambiará las cosas, no solo para otras empresas que podrían sumarse a la competencia, sino también para las demás grandes compañías que podrían verse afectadas por más demandas gubernamentales antimonopolio. Aun así, todavía queda que Google apele, lo que atrasaría meses las posibles consecuencias.