Si bien Gemini lleva funcionando unos cuántos meses, Google sigue sumando su Inteligencia Artificial a prácticamente todos sus servicios, aplicaciones y herramientas. Por esto, te contamos cómo usarla y personalizarla para que se adapte a tus preferencias.
A fines del año pasado, Google presentaba Gemini, su propio modelo de lenguaje grande multimodal para competirle a GPT-4 de OpenAI. Para quienes no saben, la Inteligencia Artificial de Google puede ser bastante útil en el día a día, ya que nos puede ayudar a escribir, resumir, planificar, aprender, entre tantas otras cosas. Pero, ¿cómo la usamos y personalizamos?
Primero que nada, hay que aclarar que Gemini nos da acceso a modelos de lenguaje extenso, los cuales aprende “leyendo” millones de palabras que les ayudan a entender los patrones del lenguaje. Esto es lo que le permite comprender y responder las preguntas y dudas que tengamos según los patrones del lenguaje habituales. Así que, de alguna manera u otra, la IA de Google siempre está aprendiendo, incluso de tus peticiones, respuestas y comentarios.
Ahora bien, para usar Gemini solo necesitas una Cuenta de Google personal que administres de forma independiente (también podés desde una Cuenta de institución educativa o trabajo, pero el administrador debe habilitar el acceso) y un navegador compatible (Chrome, Safari, Firefox, Opera o Edgium). Una vez que hayas entrado a gemini.google.com y hayas accedido a tu cuenta, tanto en el celular como en la computadora, vas a poder ingresar tu pregunta o instrucción en el cuadro de texto que aparece en la parte inferior. Así de fácil.
Pero pasemos a lo que les interesa a muchos: la personalización de Google Gemini. Como esta herramienta se adapta a las necesidades y preferencias individuales del usuario, la IA tranquilamente puede transformarse en un compañero/asistente. Si estás buscando mejorar la productividad u optimizar tu flujo de trabajo, tener al alcance de tu mano a Gemini personalizado puede ser la respuesta.
Primero vayamos a la configuración principal de Google Gemini. Lo básico vendrían a ser tus preferencias de idioma y configuración regional. De esta manera, la IA se va a poder comunicar con vos de una manera que te resulte familiar. Después de esto pasamos a la configuración de filtrado de contenido, que va a estar directamente relacionado a nuestras preferencias, claro. De esto va a depender que la información y respuestas que recibamos se alineen con nuestros estándares personales.
También vamos a tener que controlar la configuración de privacidad de los datos y decidir cuánto compartimos con Gemini. Claro está que esto influirá en qué tan bien el modelo de Google comprende las necesidades del usuario.
Sin embargo, más allá de la importancia de la configuración y ajustes de Gemini, su efectividad a la hora de darnos información y respuestas va a depender de cómo nos comunicamos con él. ¿Qué hay que tener en cuenta? Para obtener los mejores resultados, hay que ser claros y específicos en nuestras solicitudes. No importa si nuestro pedido es muy largo. Cuanto más detalles le demos a la IA, más fácil va a ser que Gemini comprenda y responda de manera efectiva.
Por último, pero no menos importante, también recomiendan interactuar con Gemini de manera constante para maximizar los beneficios de la IA de Google. Cuanto más nos comuniquemos con él, más fácil será para el modelo comprender nuestros pedidos y adaptar sus respuestas en consecuencia. Es más, desde la compañía explican que Gemini mejorará con tus comentarios. Así que valorar las respuestas y marcar cualquier cosa que pueda ser ofensiva o peligrosa, ayuda.
Y vos, ¿ya usaste Google Gemini o preferís el ChatGPT de OpenAI?