Jugar Elden Ring es una aventura peligrosa y tensa, sobre todo si lo haces con lucecitas y sonido en tu joystick de juguete, tal como hizo este streamer.
Ya han pasado mas de tres meses desde el lanzamiento de Elden Ring, uno de los mejores juegos del año. Lo hemos visto en todas sus formas, desde partidas normales hasta speedruns increíbles de 9 minutos. Sin embargo, estamos seguro que nunca habías visto a nadie jugar el título de FromSoftware con un joystick de Fisher Price.
Para quienes no sepan de que se trata, Fisher Price es una reconocida marca destinada a crear artículos para bebés, entre ellos un joystick. Ahora bien en las consolas admitidas de Elden Ring podemos encontrarnos con PS5 y Xbox Series X, entre otras, pero nunca con nada relacionado con Fisher Price, entonces ¿Cómo esto fue posible?
Esto fue posible gracias al streamer neozelandés Rudeism, también conocido como Dylan Beck. El creador de contenido es conocido por realizar ajustes y cambios en muchos joysticks, al punto de haber completado Dark Souls con un solo botón. Rudeism vio una publicación en el Twitter de Wario 64 donde mostraban un joystick de Fisher Price, diciendo que era ideal para Elden Ring. A raíz de esto, el streamer decidió que era una buena idea al menos intentarlo, y vaya resultado obtuvo.
Fueron dos semanas de extenso trabajo en las que Dylan Beck modificó cada componente del joystick Fisher Price. Gracias a un microcontrolador Arduino Pro y una reasignación de botones, la obra maestra quedaría finalizada.
here's the Fisher Price Xbox controller in action!
let me know what games you'd like to see me play with it
and thanks to @Wario64 for the off-hand joke that inspired me to make this happen 😂 pic.twitter.com/3OETvcsEsI
— Rudeism (@rudeism) May 1, 2022
Evidentemente no todo salió perfecto para Rudeism, ya que conservó algunas cosas como la música infantil del joystick cada vez que tocaba su palanca. De todas formas, hay que admitir que es muy llamativo derrotar a Radagon después de innumerables muertes y que en el momento de consagración suene una música de bebés.