En lugar de advertir sobre los peligros de la Inteligencia Artificial, el Papa Francisco y el Vaticano se asociaron con un Centro de Ética Aplicada para crear un manual que ayude a la industria tecnológica con temas de IA, aprendizaje automático, encriptación, seguimiento y más.
Después de que se hicieran virales las fotos hechas con IA del Papa con la campera puffer y zapas Nike, y que expertos en esta tecnología advirtieran sobre la amenaza que la Inteligencia Artificial representa para la humanidad, el Vaticano decidió hacer algo al respecto. ¿Qué? Asociarse con el Centro Markkula de Ética Aplicada de la Universidad de Santa Clara, formar una nueva organización llamada Instituto de Tecnología, Ética y Cultura (ITEC) y lanzar un manual titulado Ética en la era de las tecnologías disruptivas: una hoja de ruta operativa.
Este primer proyecto de ITEC está destinado, justamente, a guiar y orientar a la industria tecnológica a medida que enfrentan desafíos o dudas éticas en materia de privacidad, equidad, transparencia y responsabilidad.
El ITEC es una colaboración entre el Centro Markkula y el Dicasterio para la Cultura y la Educación del Vaticano. Este Instituto convoca a líderes empresariales, de la sociedad civil, académicos, gubernamentales y de todas las tradiciones religiosas y de creencias para “promover una reflexión más profunda sobre el impacto de la tecnología en la humanidad”.
Escrito por José Roger Flahaux, Brian Patrick Green y Ann Skeet, “Ética en la era de las tecnologías disruptivas: una hoja de ruta operativa” (o más brevemente el Manual de ITEC) ofrece a las organizaciones un plan estratégico para mejorar las prácticas de gestión ética, “capacitándolas para navegar el panorama de tecnologías disruptivas como AI, aprendizaje automático, encriptación, seguimiento y otros, manteniendo sólidos estándares éticos”.
En general, el manual da consejos específicos y pasos prácticos para construir valores organizados y relacionados a los principios en la tecnología y las empresas que la desarrollan. Para esto, el libro detalla un fundamento básico para las empresas: garantizar que “nuestras acciones sean para el Bien Común de la Humanidad y el Medio Ambiente”.
Ese gran principio base se desglosa en siete pautas, algunas de ellas son “Respeto por la dignidad y los derechos humanos” y “Promover la transparencia y la explicabilidad“. Estas normas luego se separan en 46 pasos prácticos, específicos, completos con definiciones y ejemplos.
Por ejemplo, el principio “Respeto por la dignidad y los derechos humanos” incluye un enfoque en “Privacidad y confidencialidad”. Y, para poner esa idea en práctica, el Manual de ITEC pide el compromiso de “no recopilar más datos de los necesarios” y recomienda que las empresas se centren en las responsabilidades de los usuarios y no solo en los requisitos legales. También dice que “los datos recopilados deben almacenarse de una manera que optimice la protección de la privacidad y la confidencialidad”.
“El objetivo es empoderar realmente a las personas dentro de la empresa mientras realizan su trabajo diario, ya sea escribiendo un código o un manual técnico, o pensando en cuestiones relacionadas con la cultura del lugar de trabajo”, dijo Skeet. “Hemos tratado de escribir en el lenguaje de los negocios y los ingenieros para que las reservas realmente se usen y sean similares a cosas y estándares que han visto antes”.