Cayla es la muñeca favorita de los niños que además de ser un divertido juguete… es un peligroso espía. En Europa, las autoridades ya pidieron a los padres que las destruyan porque pueden poner a sus familias en riesgo. ¿Es para tanto? Acá te contamos.
Una muñeca rubia, de ojos claros, parlante, alta, de plástico, disponible en varios idiomas, con conexión Bluethooth y aplicaciones en cualquier Smartphone o dispositivo Android/Apple al estilo walkie talkie para padres y es uno de los juguetes más vendidos de Gran Bretaña. Se llama Cayla, y lo que la lleva a las primeras planas en esta oportunidad no son sus múltiples tareas y características…
La empresa Génesis, quien lanzó al mercado a Cayla quedó impactada al encontrarse con que Estados Unidos y Alemania consideran que el juguete parlante puede ser utilizado – no a favor de la tranquilidad de los padres como estaba pensado- sino como espionaje, privación de la privacidad del niño y, en el peor de los casos, si un hacker abusador contara con un buen bluethooth, con un pervertimiento del menor.
Según la Agencia Federal de Redes Alemana (telecomunicaciones) y The Wall Street journal, la muñeca más popular en occidente está prohibida. No se puede comprar, vender o siquiera contar con uno en el hogar. Los niños deben dejar de acunarla por las noches ya que, de ser encontrado en algún domicilio, los padres pueden enfrentar una multa de US$26.500 y dos años de prisión.
En Europa la rubia más peligrosa es distribuida por Vivid Toy group quienes aseguran: “Consideramos seriamente la seguridad de nuestros productos y la experiencia de nuestros consumidores, así como, obviamente, su conformidad con todas las normas y regulaciones aplicables en los mercados en los que operamos. Sin embargo, las afirmaciones de los medios de comunicación alemanes son erróneas y estamos trabajando con nuestros socios alemanes para resolver este problema”, ¡vaya problema en el que están metidos!
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Los expertos en privacidad, organizaciones como Campaña por una Infancia Libre, el Centro para la Democracia Digital y la Unión de Consumidores, han pedido a la Comisión Federal de Comercio que regule mejor la industria de los juguetes, ya que perjudican de forma directa e indiscriminada a la vulnerabilidad de los niños. En una queja presentada a principios de diciembre, alegaron que Génesis Toys violó las leyes de privacidad de los Estados Unidos y pidió que la FTC investigara este reclamo.
Por otro lado, varios organismos aseguran que, es abusivo que Cayla reciba y distribuya lo que el niño le confiesa, ya sea a sus padres, como a cualquier pervertido que decida apoderarse del control del juguete y romper la inocencia del menor. Aparte, alega que el niño al jugar puede confesar cualquier tipo de cosas y que es una falta de privacidad para ellos, ya que no son conscientes de la vigilancia que la muñeca trae consigo.
Génesis, cuenta con más juguetes inteligentes tanto para preescolares, como los niños que están por entrar a la adolescencia, y ete aquí el punto de inflexión, ¿Por qué Cayla salto a la polémica y no el robot o el oso Teddy? ¿Es este el comienzo de la nueva era que combina diversión con vigilancia desde la niñez?