El reconocido productor de cine argentino Axel Kuschevatzky se sumó a los tantos miembros del sector audiovisual que están en contra de las modificaciones a la Ley de Cine que propone la Ley Ómnibus. “No entiendo por qué quieren cortarle las piernas a Messi”, dijo.
En el marco del plenario de comisiones de Diputados en el Congreso contra la llamada Ley Ómnibus, impulsada por el gobierno de Javier Milei, uno de los tantos temas de los que se habló fue las modificaciones a la Ley de Cine. Después de que la productora Vanessa Ragone y el director y guionista Santiago Mitre compartieran en la Cámara su rechazo a estos cambios, Axel Kuschevatzky también se sumó a este cuestionamiento y subrayó la importancia del sector audiovisual para la economía argentina.
En una entrevista con C5N, el reconocido productor de cine Axel Kuschevatzky mencionó que, para él, “el cine argentino es probablemente el motor creativo más importante de toda Latinoamérica en términos de cine”. Es más, también resaltó que nuestro cine es “muy admirado y hasta copiado” en el exterior. “No puedo entender por qué alguien puede querer cortarle las piernas a Messi”.
Además de esto, el productor argentino explicó: “Lo que Argentina necesita es lo que hace Inglaterra, Francia, Alemania, lo que hace el 70% de los estados de Estados Unidos. En esos mercados, el sector público genera mecanismos de incentivo a la producción audiovisual, porque derrama mucho dinero, genera mucha actividad económica directa e indirecta. El audiovisual es una gran oportunidad que tiene Argentina para traer dólares. Los estados neoliberales hacen eso”.
Dejando la cultura de lado, Axel Kuschevatzky hizo énfasis en que el sector audiovisual en la Argentina tiene una participación del PBI de “entre el 3 y el 5%”. El productor explicó: “es mucho más lo que el sector audiovisual aporta a la economía argentina, que la participación de los fondos del Ente Nacional de Comunicaciones que van al INCAA (que son lo que financian una parte importante del cine argentino) en el impacto presupuestario anual, que sale de la propia actividad audiovisual, no sale de los impuestos generales”.
“Prefiero pensar que alguien que armó este paquete lo armó desde el prejuicio y el desconocimiento, desde la idea de que el sector audiovisual tiene un solo signo ideológico, que es completamente falso. El sector audiovisual tiene una diversidad ideológica gigantesca, enorme. Es el universo en el que conviven Juan José Campanella y Pablo Echarri”, mencionó Kuschevatzky.
Siguiendo con la importancia del sector audiovisual en la economía del país, el productor argentino resaltó que este rubro “da trabajo a 500.000 personas en la Argentina”, agregando como ejemplo que la reconocida y exitosa Argentina, 1985 “le dio trabajo a 5.000 personas directamente”.
“Argentina es el primer país de Latinoamérica que produce. ¿Vamos a darle la espalda a una tradición argentina? Es demoledor. Lo más importante para mí de todo esto hoy es lograr que venga más plata a la Argentina, no importa el gobierno que sea. Yo podría no hacer proyectos en la Argentina pero lo hago porque creo que en el talento el país no tiene límite”, explicó.
Todo esto se suma a lo que ya había dicho Vanessa Ragone, productora de la ganadora del Oscar El secreto de sus ojos y presidenta de la Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica (CAIC), y Santiago Mitre, director y guionista de la aclamada Argentina 1985 (ganadora del Globo de Oro y nominada al Oscar el año pasado), en el plenario de comisiones de Diputados.
“Durante todo el recorrido que implicó promocionar esta película (Argentina, 1985) pude ver la admiración que genera nuestra cinematografía y nuestro país en el mundo. Es, y no voy a ser modesto, una de las cinematografías más respetadas del mundo. Todos aquí admiramos a Ricardo Darín pero no sé si todos saben que Ricardo Darín es admirado en todo el mundo y eso es porque nuestro cine se exporta. ¿Existirían las películas de Darín, de (Mercedes) Morán, de (Adrián) Suar, de (Cecilia) Roth, de (Rodrigo) De la Serna y de tantos otros si no hubiese existido una Ley de Cine que propulsó y sostuvo una cinematografía a lo largo del tiempo? No“, resaltó Mitre.
“No sé si lo sabían pero Argentina es el país que más nominaciones al Oscar tiene de la región. ¿Por qué sucede eso? Porque hay una Ley de Cine que sostiene y fomenta la existencia de un cine argentino. Las películas argentinas se exportan a todo el mundo, son reconocidas en todo el mundo, generan divisas, trabajo de calidad y valor agregado, le dan visibilidad a nuestro país, generan admiración. ¿Por qué queremos destruir eso? ¿Para qué?”, sumó el director.
Además de remarcar que los últimos 30 años fueron, “fuera de cualquier duda, los mejores del cine argentino en toda su historia”, Santiago Mitre mencionó que eso se debe a “una política de producción cuyo eje fue un organismo autárquico, ajeno a los caprichos del poder político de turno, y cuyo presupuesto, pese a las insistentes falsedades que se dicen, no está relacionado con el presupuesto nacional: se autoabastece. El cine no pide plata, pide que se mantenga la ley que le permite seguir autofinanciándose”.
Al igual que Mitre, Vanessa Ragone le pidió a los legisladores “la oportunidad de discutir en profundidad una nueva Ley de Cine que tenga sentido para todos, que nos solidifique y que nos lleve al lugar en el que siempre hemos estado”.
El proyecto de Ley Ómnibus propone la eliminación del financiamiento que el Instituto Nacional de Cines y Artes Audiovisuales (INCAA) obtiene a través del ENACOM por la aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, una de sus principales fuentes de recursos. A la vez, también propone eliminar otra fuente de financiamiento que surge de computar el 10% del monto que se derive de la “venta o locación de todo tipo de videograma grabado”.
El nuevo texto postula que el Fondo de Fomento Cinematográfico se integrará “con un impuesto equivalente al diez por ciento (10%) aplicable sobre el precio básico de toda localidad o boleto entregado gratuita u onerosamente para presenciar espectáculos cinematográficos en todo el país, cualquiera sea el ámbito donde se realicen“, como ya existe, y “con los recursos que defina el Presupuesto Nacional”.