El último DLC de Assassin’s Creed Valhalla llegó a nuestras manos en PC y luego de ponernos en la piel de Odín en Dawn Of Ragnarök, te contamos qué nos pareció.
Assassin’s Creed Valhalla fue distinto al resto de las entregas de la saga, aunque si uno se pone a leer reseñas, es difícil encontrar el por qué. Quizás sea por su robusta impronta, por su foco en la acción y la estrategia. Si nos ponemos a pensar, son cosas que cada Assassin’s Creed tiene, pero aún así, el Valhalla se sentía diferente. ¿Será quizás por su temática? Los que veníamos muy emocionados de haber jugado y disfrutado el último God of War, sentimos como que el título de Ubisoft era un primo lejano del título de Santa Monica Studio, aunque con este DLC llamado Dawn Of Ragnarök, todo el parentesco cobra aún más fuerza, teniendo en cuenta lo poco que sabemos sobre la secuela de la última entrega de Kratos.
¿Quién es Havi? Un poco de contexto, por favor.
Dawn Of Ragnarök es el último DLC de Valhalla (o al menos eso es lo que dijeron) y nos pone en la piel de Odín. Sí, el personaje que controlamos se llama Havi, pero así es como nos conocen los habitantes de Svartalfheim. La propuesta de este DLC nos pone en un contexto donde Baldr ha sido secuestrado por Surtr y sus gigantes de fuego, y nosotros tenemos que ir enfrentando a todo lo que se nos cruce con tal de rescatarlo.
Los enanos, que se esconden en cuevas subterráneas esperando sobrevivir a los ataques constantes de Surtr y sus aliados, nos ven como una suerte de salvador y nos van a otorgar un brazalete mágico con el que vamos a poder utilizar cinco poderes diferentes de entrada, aunque vamos a poder cargar solo dos al mismo tiempo. El brazalete tiene como virtud absorber los poderes de los enemigos que vayamos eliminando. De a poco, gracias a este objeto en particular, vamos a ir sintiendo esa evolución que deja un poco de lado a ese Havi tan humanizado y le da lugar al preconcepto imaginario que uno puede tener sobre un joven Odín.
Un DLC lleno de historia y de spoilers.
Y tenemos que tener mucho cuidado a la hora de reseñar Dawn Of Ragnarök, ya que todo lo que vivimos en él es un spoiler del juego original y de ciertas cosas de los otros DLCs. De hecho, si comenzamos a jugar el DLC sin haber jugado al juego original, un mensaje lo deja bien en claro y nos pregunta si estamos seguros de continuar. Si bien se cae de maduro, nosotros recomendamos jugar todas las entregas en el orden que fueron saliendo, sin saltearse nada, porque la experiencia completa es inmensamente gratificante. La gente de Ubisoft siempre tiene historias muy frondosas en cuanto a contenido, pero para ser sinceros, lo que hicieron alrededor de Assassin’s Creed Valhalla, en general, demuestra que tenían el lápiz muy bien afilado.
En esta entrega, algo que llama la atención es la barra de tiempo de los hechizos de magia que podemos utilizar con nuestro brazalete, además de una barra de maná, que en este caso se la conoce como “barra de hugr”. Matando enemigos la barra de hugr se mantiene en forma, y si en algún momento necesitamos una carga extra, vamos a encontrar unas flores gigantes que parecen salidas de un cuento de Lovecraft de las que también vamos a poder absorber su energía. Si bien cada nivel de dificultad es diferente, la verdad es que mantener viva la barra de hugr se hace más simple de lo que parece, lo que regala una jugabilidad compleja, pero liviana en cuanto a preocupaciones.
Incluso vamos a cruzarnos con ciertos puntos especiales, que ofician de templos o santuarios, donde podremos intercambiar puntos de salud por puntos de magia, aunque realmente en nuestra experiencia nunca los utilizamos. Si bien el sistema de lucha se siente algo tosco si estamos muy acostumbrados al género hack ‘n slash y sus movimientos bien agiles y estilizados, una vez que le encontramos la vuelta a defendernos, esperar, atacar, usar el arco y flecha, volver a defendernos, correr, atacar… todo se hace más evidente y vamos a lograr que solo nos quiten grandes dosis de energía los jefes o algunos enemigos muy poderosos.
La estrategia como fiel compañera.
Además, hay varios hechizos que, utilizados con estrategia, nos van a simplificar muchísimo el juego. Por ejemplo, y aunque parezca irónico, la lava fue uno de los enemigos que más nos costó evadir. Sí, la lava. Inmóvil, sin vida propia, ni siquiera es un NPC, pero fue lo que más problemas nos trajo si hacemos un balance general. Muchas veces, en plena lucha, intentando hacer esto que mencionábamos antes de atacar, defenderse, esquivar, eludir, el movimiento predeterminado del personaje nos hacia pisar la lava, y ni hablar si el ataque fuerte de algún enemigo nos hacia retroceder varios metros dejándonos de lleno dentro de esta masa de fuego. Obviamente, el hechizo que siempre teníamos a cuestas era ese que te permitía caminar sobre lava. Magia pura.
Otra de las cosas a destacar del juego es el diseño y construcción de Svartalfheim. Ya que hicimos la comparación anteriormente (y creemos que es una comparación válida desde el punto de vista del diseño) este inmenso mundo inspirador en la mitología nórdica poco tiene que ver con lo que pudimos ver en God of War. Es decir: el concepto es el mismo, el tipo de construcciones, las estatuas inmensas, el culto a los dioses. Pero acá se siente todo más real y menos fantasioso, por así decirlo. Y no utilizamos la palabra como algo despectivo, sino como algo perteneciente al género fantástico. Mientras que en God of War todo era pulcro, magnánimo, reluciente y lleno de colores, en Dawn Of Ragnarök se siente vetusto, desgastado, mucho más árido y menos vivo, por así decirle. Una ciudad que está en llamas, repleta de muerte.
El mundo abierto y el sentimiento de libertad.
Es bueno que, como juego que propone un “mundo abierto”, no se siente tan encasillado como otros en ese concepto de “te dejo ir por cualquier lugar, pero si no seguís el camino correcto no vas a avanzar”. Acá hay misiones puntuales por momentos, de esas donde al entrar no vas a poder escapar hasta resolver el problema (generalmente matar a un jefe), pero en su mayor parte, a las misiones o puntos concretos del mapa los vamos a tener que ir a buscar nosotros. Hay indicadores en pantalla que nos van a guiar, intentando no ser tan obvios con el objetivo, que muchas veces vamos a tener que descubrir a la fuerza. No es que te suelta la mano por completo en ese aspecto, pero sí nos deja la soga bien extensa como para que podamos sentir esa sensación tan linda de libertad absoluta. En ese aspecto, y esperamos se entienda la analogía, la experiencia de juego es más cercana a un Death Stranding o a un Horizon Zero Dawn, que a un Red Dead Redemption 2 o a un Metal Gear Solid V, por poner algunos ejemplos claros. Al menos así sentimos nosotros la libertad que se nos regala.
Assassin’s Creed Valhalla: Dawn Of Ragnarök es un DLC muy interesante en su historia, que sabe encontrar su propio rumbo y que, tranquilamente, podría ser un juego standalone, pero sabe comportarse como DLC por la conexión con las entregas anteriores, la continuidad de la historia respecto a la entrega original, y toda la estética y la temática nórdica, que, a nuestro humilde entender, es de sus mejores aspectos. En contraparte, creemos que este DLC no va a ofrecer un gran desafío para tus dotes de guerrero nórdico todopoderoso. Los enemigos no atacan en manada, sino que cada uno se toma su tiempo y su espacio, a diferencia de la entrega original donde cada batalla era caos absoluto. Salvo algún que otro jefe, todos los enemigos tiene un patrón bien marcado de ataque que se aprende rápido y no suponen, como ya dijimos, un gran desafío.
En resumen…
Lo mejor de este DLC, es que te deja con ganas de seguir explorando el juego original. Dawn Of Ragnarök amplía la experiencia, y no solo se limita a copiar la estructura que le dio vida y llenarla de colores nuevos. Mete enemigos que no habíamos visto, armas nuevas, poderes nuevos, y con todo esto, genera una nueva jugabilidad, una experiencia parecida, pero no igual. Se siente diferente, y eso es lo importante. Obviamente, está claro que es una extensión del Valhalla, pero con ese aire propio que lo hace, al menos para nosotros, el mejor de los DLC que sacaron. Si todavía lo estás pensando, sí, metete de lleno en el juego original. Y si luego de eso no sabés qué DLC comprar (porque la economía nos pesa a todos), Dawn Of Ragnarök es el que deberías elegir, porque se siente excelente, se disfruta mucho, y la experiencia vivida es digna de recomendar.
FECHA DE LANZAMIENTO | 10 de marzo de 2022 |
DESARROLLADOR | Ubisoft Sofia |
DISTRIBUIDOR | Ubisoft |
PLATAFORMAS | Microsoft Windows, PlayStation 4, Xbox One, Xbox Series X/S, PlayStation 5 |