Fortnite ya no se puede descargar en dispositivos de Apple y Google, luego de una provocadora decisión de Epic… ¿pero cuál es el próximo paso?
Epic Games y Apple, dos de las empresas de tecnología más poderosas del planeta, están en guerra.
En la mañana del jueves, Epic anunció las “superrebajas” (o “mega drop”), un descuento de un veinte por ciento en el valor de su moneda corriente (los “pavos”) en todas las plataformas. En las versiones de PC y consolas el descuento es temporal, mientras que en las de Android y iOS este 20% menos será permanente. Mientras el jugador compre directamente a Epic y no a las plataformas Google Play y App Store.
Desde hace más de una década, Google y Apple se llevan un 30% de cada transacción que realiza el usuario de sus tiendas, sean aplicaciones, contenido descargable o suscripciones. No es un valor negociable, y la única opción para los desarrolladores es aceptarlo.
Apple no perdió el tiempo. Horas después del anuncio, la empresa retiró Fortnite de la App Store por romper los términos y condiciones de la plataforma.
La respuesta de Epic fue inmediata. Antes del final del día la compañía de juegos demandó a Apple por “acciones injustas y anticompetitivas”. El objetivo del juicio no es económico, sino establecer a Apple como un monopolio y, por lo tanto, que sea vulnerable a la regulación. Básicamente, que el gobierno de Estados Unidos los obligue a negociar.
¿Apple está en riesgo de ser declarada un monopolio?
Hace tiempo que la empresa dirigida por Tim Cook tiene encima la sombra de la intervención del gobierno. A finales de julio el CEO declaró frente al Congreso de Estados Unidos en defensa de esos altos porcentajes.
Según Cook, Apple no está sofocando a los desarrolladores, ya que están libres de pasarse a otra plataforma como Android, Windows o PlayStation. Los críticos de Apple dicen que ese argumento no tiene mucho sentido para una compañía con un dominio casi absoluto del mercado de celulares de alta gama.
Epic no es la única empresa que ha chocado con las políticas restrictivas de la App Store.
Hace un par de meses, Apple retiró un popular servicio de email premium llamado Hey de la tienda ya que consideraba que tenía que pagar un 30 por ciento de sus suscripciones u ofrecer una opción gratuita.
La semana pasada, Apple confirmó que no permitiría la entrada de servicios como xCloud de Microsoft o Stadia de Google con la justificación de que para hacerlo tenían que autorizar cada juego de forma individual, algo que la empresa no está obligada a hacer.
Microsoft, Google, Epic, y hasta el gobierno. Por si esa presión corporativa no es suficiente, Epic confía en la capacidad de su comunidad para mantener su guerra con Apple como una tendencia en redes sociales. Un espacio celosamente monitoreado por los políticos de Estados Unidos en año de elecciones.
Es más, Epic ya le dió a su comunidad un hashtag (#FreeFortnite) y una publicidad que parodia el clásico comercial “1984”, que Ridley Scott dirigió para Apple en ese año.
¿Y qué pasa con Fortnite en Android?
Google se tomó un rato en reaccionar, pero tomó la misma decisión que Apple: retirar el juego de la Play Store.
Aún así, el comunicado tiene un tono más amable. Google dice que Epic infringió sus políticas, pero que están abiertos a conversar para encontrar una forma de que Fortnite regrese a la tienda.
El sistema operativo de Google es menos restrictivo que el de Apple, y permite la instalación de aplicaciones fuera de la Play Store. Por lo tanto, Google no tiene el poder de eliminar un juego de su ecosistema con solo apretar un botón. Fortnite estuvo disponible durante años como una descarga independiente, y los jugadores ya saben que pueden descargarlo del sitio de Epic.
Lo único que podría jugar en contra para futuras descargas de Fortnite es que para poder descargar aplicaciones no autorizadas por Google hay que desactivar restricciones de seguridad en los dispositivos. Algo que muchos usuarios, en especial niños, prefieren no hacer.
Y aún así, todo esto afecta solamente a las nuevas descargas. Los que ya descargaron Fortnite en dispositivos de Apple o Android pueden seguir jugando sin problemas. Es más, si no lo tienen descargado actualmente, pueden hacerlo de la lista de aplicaciones.
El problema va a estar en las próximas actualizaciones. La versión de iOS y Android de Fortnite podría quedar congelada en el tiempo hasta que se resuelva este conflicto.
¿Quién va a ganar esta guerra?
No es la primera vez que Epic utiliza la enorme popularidad de Fortnite para derrumbar barreras corporativas. En 2017 Sony no permitía que los usuarios de sus juegos en PlayStation Network se mezclen con los de Xbox Live, Switch o PC. Pero en una tarde de septiembre de ese año Epic activó “accidentalmente” el crossplay (juego cruzado) entre las distintas plataformas en las que el Battle Royale estaba disponible.
Esta prueba no autorizada fue clara demostración de que los servidores compartidos eran técnicamente posibles y no significaban el fin del mundo para la comunidad gamer. La presión de los jugadores de Fortnite por que se active el crossplay fue tan grande que, un año después, Sony no tuvo otra que ceder. No es raro que el video de #FreeFortnite haga referencia a esta campaña, que Epic presentó como un triunfo para los gamers, y no para su estado de cuenta.
Pero no es lo mismo alivianar las restricciones de una plataforma que perder los millones de dólares que ese treinta por ciento deja a Apple cada año. No solo por lo que representa para los ingresos sobre Fortnite, sino por lo que podría pasar si otras aplicaciones igual de populares exigen negociar.
Históricamente, la presión popular no afecta en lo más mínimo a la empresa de la manzanita. La esperanza de Epic es que una combinación de la campaña #FreeFortnite, la amenaza legal y el miedo a una regulación gubernamental sea suficiente como para quebrar la voluntad de Tim Cook. Será una larga batalla.